ATENAS 1896
Los primeros Juegos
Olímpicos se celebraron en Atenas, Grecia, entre el 6 y el 15 de
abril de 1896. Participaron 241 deportistas, todos hombres,
procedentes de catorce países. Los Juegos fueron un gran éxito. El
Estadio Panathinaikó, vio rebasada su capacidad con la multitud de
personas más grande que se había reunido jamás para ver un evento
deportivo.
El 6 de abril,
80.000 espectadores se agolpaban en el Estadio, incluido el rey Jorge
I de Grecia, su mujer Olga y sus hijos, para asistir a la ceremonia
de apertura. Los atletas se encontraban agrupados por países en el
césped del estadio. El presidente del comité organizador, el
príncipe heredero Constantino, dio un discurso, al que continuó el
rey Jorge con las siguientes palabras: "Proclamo la apertura de
los primeros Juegos Olímpicos internacionales en Atenas. Larga vida
a la Nación. Larga vida al pueblo griego". Después de esto,
nueve bandas y 150 coristas interpretaron un Himno Olímpico,
compuesto por Spyridon Samaras y escrito por el poeta Kostis Palamas.
Ese mismo día
comenzaron las competiciones, que en cuanto a atletismo, la primera
fue el triple salto. Ganó el estadounidense James Connolly
(1868-1957), convirtiéndose así en el primer campeón olímpico de
la era moderna. Connolly también compitió en salto de altura
—quedando segundo tras su compatriota Ellery Clark— y en salto de
longitud, donde fue tercero, de nuevo tras Ellery Clark y otro
paisano estadounidense Robert S. Garrett. Posteriormente, cuatro años
después, también participaría en las Olimpiadas de París 1900
consiguiendo la plata en salto de longitud.
Connolly había
nacido en Boston, Massachusetts, y desde niño había tenido muy
buenas dotes atléticas. Su primer trabajo fue como empleado de una
compañía de seguros en su ciudad natal, y posteriormente emigró al
sur del país, a Savannah, Georgia, donde tuvo el mismo oficio con el
Cuerpo de Ejército de los Estados Unidos de Ingenieros. En Savannah
fundó un equipo de fútbol, y fue nombrado capitán de un club
ciclista. Cuando se enteró de que se iban a celebrar los Juegos
Olímpicos, se alistó en el Club Atlético de Suffolk que correría
con sus gastos. Junto con la mayoría de los otros deportistas
estadounidense que iban a participar en las Olimpiadas, embarcó en
un barco mercante alemán que los llevó hasta Nápoles, Italia,
donde tomarían un tren hasta Atenas. En Nápoles, fue robado, pero
persiguió al ladrón y consiguió recuperar, entre otras cosas, su
tique de tren. En la prueba de triple salto logró la primera
posición con un salto de 13,71 metros, por delante del francés
Alexandre Tuffèri (plata con 12,70 metros) y del griego Ioannis
Persakis (bronce con 12,52 metros).
Otro gran triunfador
fue el estadounidense Ellery Clark (1874-1949), al igual que Connolly
procedente de Massachusetts. Clark ganó la medalla de oro en las
pruebas de salto de altura y longitud, algo que hasta el presente no
ha vuelto a lograr ningún otro atleta. En el salto de longitud,
Clark usaba su sombrero para marcar el lugar donde empezar su
carrera. Fue advertido dos veces por el juez o árbitro —que era el
rey Constantino I de Grecia— quien terminó quitándole el
sombrero, aduciendo que era una práctica propia de profesionales. En
el último intento, ya sin sombrero, Clark consiguió saltar 6,35
metros, logrando así el primer puesto, y superando a sus
compatriotas Robert S. Garrett (plata con 6,18 metros) y Connolly
(bronce con 6,11 metros). Y en salto de altura, consiguió saltar por
encima de 1,85 metros, superando a los mismos dos atletas anteriores,
que esta vez empataron en la segunda posición con un salto de 1,65
metros.
Robert S. Garrett
(Baltimore, Estados Unidos, 1875-1961) estudió en la Universidad de
Princeton donde fue capitán del equipo deportivo en las categorías
senior y junior. Cuando comenzó a entrenar para competir en los
Juegos de Atenas, Garrett entrenó principalmente el lanzamiento de
peso, y en menor medida los saltos. Un amigo le sugirió que también
entrenase el lanzamiento de disco, por lo que mandó la construcción
de uno que pesaba catorce kilogramos. Como este disco era demasiado
pesado, Garrett pensó que no tenía aptitudes para esta prueba y
abandonó su entrenamiento. Posteriormente, al llegar a Atenas y
percatarse que el disco que se utilizaría pesaba tan solo dos
kilogramos, se apuntó en la competición, aunque solo por diversión
ya que no había aprendido la técnica. Sus primeros dos lanzamientos
fueron un absoluto fracaso a lo que el pública respondía con una
sonora carcajada, pero el tercero alcanzó los 29,15 metros, logrando
así la medalla de oro —la plata y bronce fueron para los
lanzadores griegos Panagiotis Paraskevopoulos y Sotirios Versis, que
poseían una "demasiada buena" técnica basada en el
Discóbolo de Mirón, que hacia sus lanzamiento bellos o hermosos
pero no efectivos—. Garrett también ganó el oro en lanzamiento de
peso (11.22 metros) y plata en salto de altura (1,65 metros) y salto
de longitud (6,18 metros).
En cuanto a las
carreras de corta distancia —100 y 400 metros—, el triunfador fue
otro estadounidense Thomas Burke, más conocido como Tom Burke. Tom
había nacido en Boston en 1875 y comenzó a entrenar en el equipo de
la Universidad de Derecho de su ciudad natal. En la salida de los 100
metros, el pública presenció asombrado que tanto Burke como su
compatriota Francis Lane, se agachaban para salir desde esa posición,
salida que desde entonces es la normal pero que hasta ese momento era
desconocida fuera de Estados Unidos. Burke ganó el oro en los 100
metros con un tiempo de 12.0 segundos, por delante del alemán Fritz
Hoffmann (plata con 12.2 segundos) y el húngaro Alajos Szokoly y
estadounidense Francis Lane, empatados en el bronce con 12.6
segundos. Burke también conseguiría el oro en los 400 metros, con
un tiempo de 54,2 segundos.
En cuanto a la media
distancia, es decir, carreras de 800 y 1500 metros, destacó el
británico Edwin Flack, consiguiendo el oro en ambas pruebas. Flack
(Londres, 1873-1935) se mudó con su familia a la ciudad de Berwick
en Australia cuando tenía tán sólo 5 años, y allí tuvo su primer
contacto con el atletismo consiguiendo ser campeón de Australia en
la milla en 1893 y 1894. En los Juegos de Atenas, consiguió el oro
en los 800 metros, con un tiempo de 2:11.0 segundos —por delante
del húngaro Nándor Dáni y del griego Dimitrios Golemis— y
también el oro en los 1500 metros, con un tiempo de 4:33.2 segundos,
por delante del estadounidense Arthur Blake y el francés Albin
Lermusiaux; además participó en la carrera de maratón (normalmente
42,195 kilómetros pero en esta ocasión fueron 40 km) en la que se
encontraba liderando la carrera desde el kilometro 32, pero alrededor
del kilometro 38 se cayó, y cuando un espectador griego intentó
ayudarle, Flack le golpeó tirándolo al suelo, acción por la que
fue descalificado.
El único atleta
ganador de oro que no era anglosajón, fue el griego Spiridon Louis
(1873-1940), que se convirtió en el gran héroe del país. Louis fue
el ganador en la maratón, prueba además con un especial sentimiento
patriótico para los griegos, desde que Filípides en el año 490
a.C. corriese esta distancia para anunciar la victoria griega sobre
el ejército persa. Louis destacó como corredor durante el servicio
militar, razón por la que fue seleccionado para los Juegos donde
corrió los 40 kilómetros de la maratón en un tiempo de 2:58:50
segundos, superando a su paisano griego Kharilaos Vasilakos y al
húngaro Gyula Kellner; al termino de estos, Louis volvió a su
pueblo natal, donde siguió trabajando como granjero, pero fue
homenajeado en varias ocasiones teniendo la oportunidad de conocer al
rey Pablo de Grecia. El Estadio Olímpico de Atenas recibió su
nombre en el año 2004.